Al estudiar…
Tengamos disposición y nos mostremos interesados en aprender
Sabemos que iniciar y sostener esta actividad requiere esfuerzo, pero ello no quita la posibilidad de disfrutar al hacerlo. Es la motivación la que orienta este proceso y lo hace placentero. Para algunas personas, es el gusto por el contenido de la materia y el material de estudio lo que las lleva a aprender; otras sienten, en cambio, necesidad de actualizarse. En otros casos, los estudiantes realizan un esfuerzo para incorporar esta certificación a su trabajo.
Abordemos los contenidos de manera significativa
El aprendizaje resulta significativo en tanto podamos reconocer lo que sabemos sobre un determinado concepto o temática, y relacionarlo con la nueva información que nos provee, por ejemplo, un texto, una clase o una situación cotidiana. Ello hace que nuestro conocimiento se vea enriquecido, se generen saberes cualitativamente distintos a los que poseíamos y se actúe en consecuencia.
Utilicemos distintas habilidades de pensamiento
Éstas nos permitirán llevar adelante la carrera y establecer vínculos con los contenidos de las materias. Observar, analizar, confrontar, describir, enumerar, relacionar, explorar, acceder al conocimiento previo, comparar y generar preguntas deberían convertirse en herramientas de uso frecuente.
Organicemos el tiempo y planifiquemos el estudio
Para avanzar en nuestro aprendizaje, necesitamos organizar el estudio, la lectura del material y la resolución de las actividades que nos proponen. Es importante considerar que los textos presentarán distintos niveles de complejidad y, por lo tanto, le requerirán mayor o menor dedicación en la lectura. Por otro lado, se recomienda resolver las actividades en el orden en que han sido previstas, ya que éstas se enmarcan dentro de una propuesta de enseñanza, es decir que han sido pensadas con determinados objetivos.
Leamos con detenimiento las consignas
Es importante que nos tomemos el tiempo para interpretarlas, ya que los términos en los cuales se expresan (en un texto de estudio, una evaluación, etc.) ofrecen orientaciones respecto a las habilidades de pensamiento que se espera que Ud., como estudiante, ponga en juego para su resolución. Por ello, es necesario que identifique el concepto o el tema a trabajar y la acción que se le solicita realizar sobre aquél (por ejemplo, describir, analizar, reflexionar, observar, entre otros), así como el modo en que esta actividad debe efectuarse (brevemente, en profundidad, de modo crítico, detenidamente, etc.).
Identifiquemos y seleccionemos aquellas estrategias de aprendizaje que mejor se adecuen a cada tarea solicitada
Esto tiene una relevancia central para estudiar, ya que las estrategias se refieren a un conjunto de pasos, habilidades y procedimientos que usamos para comprender los contenidos. Algunas estrategias nos sirven para repasar un tema (subrayar, copiar, repetir, etc.); otras nos ayudan a elaborar la información (marcar palabras clave, tomar notas, resumir, realizar un esquema, etc.). Por otra parte, algunas nos sirven para organizar la información (clasificar, ordenar y categorizar datos, jerarquizar a través de mapas conceptuales, etc.).
Generemos buenas condiciones contextuales para aprender
Es primordial que se tengan en cuenta las circunstancias externas al estudio. Éstas refieren, entre otros aspectos, al acondicionamiento del espacio para que sea cómodo y predisponga a la lectura.
Reconozcamos los momentos adecuados para estudiar
En este punto, debemos considerar nuestras posibilidades e intereses. Por ejemplo, algunas personas logran concentrar la atención durante la noche, otras pueden estudiar muy temprano a la mañana cuando están despejadas, otras a la tarde porque disponen de mayor tiempo.
En contextos de cambios permanentes donde el conocimiento circula rápidamente, es necesario mantenerse actualizado. Por ello, es importante que logremos autonomía en relación con los aprendizajes. Esto implica ser capaz de identificar los conocimientos que resultan necesarios y actuar en consecuencia, contar con la libertad de decidir y elegir qué se aprenderá, así como decidir qué conocimientos vale la pena tener.